viernes, 29 de diciembre de 2023

Ale y yo parte #2

 Después de lo que les platique en el relato anterior, te ti que decirles que todo fue muy diferente a la forma en que llevábamos la relación, no había un día que Ale no me pidiera que la masturbara con mi mano y obviamente yo estába encantado con la idea. En la calle, en su casa, en la sala, en su cuarto, en el transporte público y en cualquier lugar me pedía que por favor le metiera mis dedos en su panocha para tener un orgasmo. 

Siempre después de acariciar esa hermosa pucha acercaba mis dedos a mi boca para lamer sus jugos que sabían salados pero deliciosos sabiendo que venían de esa hermosa vagina velluda pero enorme, era tan delicioso acariciar su vagina ya que tenía una forma triangular uniforme, sus labios menores sobresalían de los labios mayores hermosos y un clítoris que era un manjar poder probar. También siempre olía mis dedos para recordar ese aroma a vagina exitada y no podía evitar dedicarle innumerables puñetas recordando todos los detalles de esos encuentros en dónde solo su tanga era mi enemiga pues dificultaba mis movimientos dentro de esa deliciosa y abultada panocha.

Hoy les contaré que llegue a sus casa a verla como casi todos los días,me recibió vestida con unos te is blancos, un pantalón de mezclilla que marcaba un culo grande, redondo y una nalgas que me encantaba acariciar y preta cada que podia y una blusa blanca de tirantes que dejaba ver dos senos hermosos, que aunque eran pequeños, se mostraban de tal manera que se antojaba meter la mano para acariciarlos para después chupar los pesones y dejarlos llenos de leche por la tremenda tusa que sabia hacer y además me regalo esa sonrisa pícara que acostumbraba cuando se quería portar mal. Entramos a su casa y fuimos a sentarnos al sillón más grande habia, ella me comentó que había visita pero que todos estaban en el cuarto de visitas que estába al lado de la sala donde estábamos nosotros, me senté, ella se acotosto y subió sus piernas a las mías y se cubrío con una sabana. 

Cuando gire para verla, pude entender que esa mirada picara que me regalaba era porque queria que algo más pasara en ese silon, de repente sentí como su pantalon se aflojaba después de quitar el boton.

Tomo mi mano y la llevo hasta su vagina, yo no perdí tiempo y comence a masajear sus labios hasta llegar a su clitoris y de regreso para comenzar a sentir esa humedad caracteristica de la exitación de una mujer 

que tiene ganas de coger. Así estuvimos unso 5 min, despues ella se sento en mis piernas dandome la espalda y yo con mi mano derecha seguía masajeando su vulva, nuestra exitación era tanta que nos valió madre 

saber que había visita en el cuarto de a lado, ella solo ahogaba sus gemidos generados por mis dedos y yo con el pene erecto queriendo salir de mi pantalon para entrar en esa pucha humeda y ganosa de verga.

Ella por fin termino con un grito ahogado y la panocha escurriendo y yo sin poder terminar. Nos arreglamos la ropa con calma y regresamos a nuestra posición original, ella recostada con sus piernas sobre las mias y cubierta 

con aqulaa sabana que fue testigo de aquella experiencia llena de adrenalina. A los pocos minutos la visita salido del cuarto y salio hacia la sala, nos saludaron y se marcharon sin decir nada.

Creemos que ellos no se dieron cuenta de lo que paso pero ovbiamene el olor a sexo y a vagina estaba en el aire sin poderlo disimular.

Pronto les contare mas hstorias entre Ale y yo...


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